Francis Rogallo fue el inventor de este deporte, en un principio para algo muy distinto.
El Ala Delta fue en principio diseñado para experimentos espaciales que resultaron fallidos, pero no han caído en saco roto los iseños de este gran ingeniero. Actualmente, este deporte de riesgo es uno de los más solicitados en época estival para vivir experiencias fuertes y sanas.
Al utilizar solamente la energía eólica, es el piloto quién debe manejar e impulsar la estructura de carbono o aluminio y plástico, por eso, es necesario estar en buena forma física. El aparato, suele pesar unos 30 Kilos, por lo tanto, es fácilmente controlable.
El equipo es simple:
- Arnés.
- Casco.
- Paracaídas de emergencia.
- Doble cuelgue de seguridad.
También es aconsejable ir abrigado y usar gafas protectoras, ya se sabe… en las alturas, es mejor prevenir.
Para practicarlo, es necesario un cursillo previo que te inicie en la práctica. En la FENASVPE, te puedes informar de dónde, cómo, cuándo y por cuánto.