Bellinzona, Martigny y Biena: tres destinos únicos de Suiza

No solamente los lugares más reconocidos de Suiza son aptos para acoger a los miles de visitantes que eligen el maravilloso lugar para disfrutar de las vacaciones. Las opciones para pasarla bien se hallan en todos los rincones del país helvético y los deseos de brindar la mejor atención llega a todas las ciudades.

Bellinzona es la puerta septentrional a Italia y, para el sur, la clave para llegar a los Alpes. El teatro neoclásico de palcos y las casas antiguas restauradas hacen explícito para los turistas la historia lombarda de la ciudad. Por sus calles las casas patricias y las bellas iglesias decoran un lugar especial para este invierno.

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La arquitectura de fortalezas en la zona Alpina no merece más descripción que la declaración de la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad.  Los tres castillos que están emplazados en la ciudad son imperdibles, principalmente el de Castelgrande, el más grande y antiguo y que ofrece una vista preciosa del entorno del lugar.

Biena, en tanto, es la única ciudad de Suiza en la que los idiomas oficiales son dos: en ese lugar se habla tanto alemán como francés. Además por aquí se llega rápidamente a las maravillosas laderas verdes del Jura y el paisaje de los tres lagos (Biena, Neuchâtel y Murten) está frente a la puerta.biena.jpg

Situada en un hermoso paisaje lacustre, es la metrópoli suiza de la relojería. Aunque todas las atracciones se la lleva la espectacular iglesia de estilo gótico del siglo XV. Además el entorno de bosques y viñedos es una tentación para no abandonar la zona.

Martigny, por su parte, es una ciudad pequeña pero no por eso menos impresionante en cuanto a belleza y encanto. Se encuentra a orillas del Ródano en el Valais inferior y, con su historia de casi dos mil años, fueron muchos los que dejaron sus huellas en esta región: desde lo romanos y las tribus celtas hasta las tropas de Napoléon Bonaparte.

martigny.jpgUno de los puntos fuertes es su gastronomía.  Se ofrece a la perfección en numerosas posadas y restaurantes y las personalidades que supieron disfrutarlo fueron muchas y de las más renombradas. Rousseau, Goethe y Sthendal fueron algunos de los que eligieron el lugar mágico para disfrutar momentos únicos.

Queda claro que Suiza es un lugar que, por su gran variedad de atracciones culturales y naturales, merece ser recorrido. Además, esa variedad no se centra en la mera cantidad de paisajes sino también en la calidad de esas opciones.

Museos, iglesias y casas antiguas logran la combinación perfecta con lo mejor de la modernidad, como los alojamientos o el increíble sistema de transportes públicos que permite acceder con gran facilidad de una ciudad a otra. En cualquier caso la conclusión será la misma: el país helvético es el mejor destino para las siguientes vacaciones.

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