Cat Island cuenta como historia con una extraña coincidencia ya que se encuentra habitada por un gran número de gatos salvajes y por eso se cree que lleva ese nombre y también porque fue el pirata y capitán británico Arthur Catt quien la descubrió y entonces habría sido bautizada así en su honor.
También es posible visitar en este paradisíaco lugar un monasterio medieval que en otro tiempo fuese la vivienda de un monje ermitaño conocido como Padre Jerome ubicado en la cima del monte Alvenia y desde donde se puede obtener una hermosa vista del mar.
No se conoce muy bien por que los colonos tuvieron que abandonar la isla aunque todavía viven en ella algunos descendientes que curiosamente siguen creyendo que Dios es el eterno proveedor de sustento dejando su destino librado a la suerte viviendo en la precariedad y escasez. Muchos de ellos producen artesanías siendo la más destacada una especie de instrumento musical construído con piedras y madera que tiene un sonido único y que se ha convertido en la actualidad en su música folklórica por excelencia.