Conil de la Frontera es una de esas zonas que lo tiene todo. Un clima privilegiado que ofrece sol 300 días al año, un litoral con playas paradisíacas donde descansar, un casco antiguo con mucha historia que contar a sus visitantes y buena gastronomía para recuperar fuerzas. Todo esto ha hecho que en los últimos años, esta pequeña localidad gaditana se haya convertido en uno de los destinos más turísticos de toda España. Lo comentado ya es motivo de peso para acercarse a conocerla, pero hoy queremos hablar un poco más sobre este paraíso situado en el sur de España.
El primer paso antes de nada, es buscar el alojamiento que mejor se adapta a nuestras necesidades. A diferencias de otras poblaciones costeras española, Conil no tiene un amplio catálogo de hoteles entre los que elegir, y entre estos, su precio puede ser algo elevado para la mayoría de los bolsillos debido a su alta demanda. Por todo esto, nosotros recomendamos los apartamentos en Conil de Hundredrooms, la alternativa perfecta para poder disfrutar de esta ciudad en la costa de la luz en todo su esplendor.
Las playas en Conil de la Frontera
Si estás pensando en conocer esta localidad de Cádiz, seguramente lo hagas atraído por sus playas, considerados para muchos las mejores de España y que se caracterizan por ser muy anchas con arena limpia, además de poder disfrutar de un elevado número de calas vírgenes alejadas del casco urbano.
En total, Conil cuenta con 14 km de costa donde encontramos 10 arenales entre playas y calas. La playa más conocida es la de los Bateles, una playa muy larga y ancha y que ofrece gran oleaje, ideal para los amantes de los deportes acuáticos. Otras playas dignas de visitar son las del Palmar o Castilnovo.
Si por el contrario, nos desplazamos hacia el norte, nos encontraremos imponentes acantilados y calas vírgenes de una gran belleza. Entre estas calas destaca la de Roche, Quinto o de Poniente.
¿Qué podemos ver en Conil de la Frontera?
Anteriormente hemos hablado de que sus playas son el motivo principal por el que las personas eligen esta localidad como destino de vacaciones. Pero Conil es mucho más que sus playas, ya que ofrece un importante casco antiguo donde se mezclan diversas culturas. Sin ir más lejos, por ella han pasado fenicios (que fueron quienes la fundaron), romanos, visigodos, bizantinos y musulmanes.
Entre los principales lugares de interés que nos ofrece la localidad, podemos destacar la Iglesia de Santa Catalina que tiene claras influencias neogóticas y neomudéjares. Junto a esta iglesia, nos encontramos la plaza que lleva su mismo nombre y que es muy pintoresca.
Otro de los edificios a visitar, es la Torre de Guzmán, un edificio que data del siglo XIV y que actualmente es utilizada como oficina de turismo. Cerca de ella, puedes encontrar mucho de los restaurantes más importantes de Conil. Por si os apetece saber un poco más sobre las costumbres y la historia de los habitantes de este lugar, el Museo de las Raíces Conileñas os parecerá una visita interesante.
También es muy recomendable pasear y perderse entre las muchas callejuelas que nos ofrece su casco antiguo y que nos permitirá conocer un poco más sobre la historia de este bonito pueble.
Por supuesto, una vez que hayas conocido sus principales monumentos, no podéis dejar pasar la oportunidad de disfrutar de un atardecer sin igual, donde la tranquilidad de la zona sólo se ve rota por el vuelo de las gaviotas.
Gastronomía del lugar
Como buen pueblo costero, la gastronomía principal de Conil se basa en pescados y frutos del mar, con una gran variedad de propuestas y cuya frescura está fuera de toda duda. Entre las principales opciones destaca el atún que es preparado de diversas formas, sus tradicionales pescados fritos y el marisco.
Para los que prefieren la carne antes que el pescado, también encontrarán deliciosas recetas donde el lomo, la morcilla o los chicharrones son los protagonistas.
¿Habéis tenido la oportunidad de visitar Conil de la Frontera? ¿Qué es lo que más os ha gustado de ella? Animaros y compartir con todos nosotros vuestros comentarios. ¡Os estamos esperando!
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