Lo primero que te llamará la atención es la armónica combinación de muros encaladamente blancos que resplandecen bajo el sol del Mediterráneo, y los preciosos tonos azulados de la rejería y marcos de puertas y ventanas que parecieran competir con el azul del cielo.
Pero además de esta hermosa impresión que Sidi Bou Said evoca a primera vista, este pequeño pueblito de la costa de Túnez esconde muchos más atractivos, pues, no obstante de tratarse de una población muy pequeña, prácticamente que toda ella se desempeña por y para el turismo, resultando de ello una urbanización repleta de tiendas de arte y artesanías, donde se podrá encontrar lo mejor de los milenarios oficios artesanales de África del Norte, especialmente en lo que tienen que ver con tejidos y alfarería, además de contar con una planta turística muy bien equipada con hoteles de máximo confort, y una nutrida oferta de bares y cafeterías que resultan ideales para tomar un poco de aliento luego de una ajetreada recorrida por las callecitas empedradas del pueblo.
Y aunque en Sidi Bou Said se pueda encontrar todo el confort y lujo para el turista, el estilo que impera sobre todo es el típico de Túnez, con la arquitectura clásica de las culturas islámicas y la profusión de plantas y flores que se desperdigan en terrazas y balcones, creando un pintoresco cuadro que inevitablemente será plasmado en varias fotografías por cualquier turista. Y una vez dicho esto, no nos ha de sorprender que este bonito destino mediterráneo, ubicado a tan solo 20 kilómetros de la capital del país, haya encantado a artistas de la talla de André Guide y Paul Klee.
Además, Sidi Bou Said es un buen punto para conocer algunos atractivos cercanos de Túnez, como pueden ser las míticas ruinas de Cartago, que, por más que se esforzaran los romanos al final de las guerras Punicas, no han sido borradas por completo.
Por otra parte, la cultura musulmana, ya sea a través de su artesanía, su música y danzas, el vestir y el comportamiento de su gente, siempre es todo un atractivo dentro de sí mismo que vale la pena admirar en Sidi Bou Said.