Cada año, en la primavera, millones de flores brotan de los cerezos de Washington D.C. y de Kioto. No te pierdas este espectáculo al menos una vez en tu vida.
Washington, D.C. Los tres kilómetros repletos de cerezos alrededor del Tidal Basin son perfectos para tomar fotografías, haciendo paradas en los
monumentos a Jefferson y Roosevelt. Visita el Desfile de los Cerezos el ó de abril, y el festival japonés de la cultura y las artes Sakura Matsuri.
Kioto. Camina por los antiguos pilares del Templo de Kiyomizu, cuyo panorama rodeado de cascadas es espectacular cuando florecen cientos de cerezos. El Sendero de la Filosofía también se viste de gala con las flores, y rodea un canal hasta el Templo Ginkakuji. Todo el mes de abril se presenta el
Baile de los Cerezos de Primavera, con auténticas geishas, en el Teatro Gion Kobu Kaburenjo.
Hamburgo. En la región sureña llamada Altes Land, al pie del río Elba, casi 80 por ciento de las flores son de árboles de manzanos y el otro 2o son
brotes de cerezos. La vista de esta combinación es única, y las tartas que hacen en la región con manzana y cereza conservan su fama.
Filipinas. La provincia de Palawan, con playas espectaculares al oeste de las islas, recuerda a las ciudades japonesas cuando está repleta de sus cerezos, que llegan a florecer hasta por cinco semanas.
Toronto. En 195g Japón regaló miles de preciosos árboles de cerezo de la exclusiva especie Somei Yoshino a la ciudad. Son de los más preciados, por
su textura similar a la del algodón. Visita el High Park y la Universidad de Toronto para ver cientos de árboles. Otra ciudad floreada de Canadá es
Vancouver, donde los parques grandes albergan muchos cerezos.