Tal es el caso del famoso Duomo de Milán, una catedral gótica que se caracteriza por su impresionante tamaño y por los detalles que revisten su hermosa fachada. Su origen data del siglo XIV aunque se terminó de edificar cinco siglos después.
Cuenta con 158 metros de altura y 92 metros de ancho y debido a las «demoras» que sufrió su construcción, en el exterior se observan diferentes estilos que van desde el perfecto y recargado gótico con sus tradicionales gárgolas hasta el neoclásico.
Esta catedral es una de las más visitadas por los turistas a su paso por Milán y por supuesto para recorrerlaes necesario abonar una entrada al igual que para alcanzar su parte superior, aunque cabe destacar que vale la pena la inversión.