Entre todos los elementos turísticos de Etiopía que podemos llegar a encontrarnos, es interesante saber que la mayoría de ellos se encuentran directamente relacionados con el aspecto natural de este país africano. Por tal motivo, y buscando uno de esos espacios que evidentemente no podemos llegar a perdernos, queremos señalar especialmente el denominado páramo montano de esta nación, realmente espectacular.
En realidad, cuando hablamos del páramo montano, nos referimos a una ecorregión de la ecozona afrotropical, que se encuentra extendido, ocupando las zonas más elevadas del macizo Etíope, y que a partir de allí cuentan con algunas de las mejores vistas que podemos llegar a encontrarnos en este país.
Con sus más de 25.200 kilómetros cuadrados repartidos en varias provincias locales de Etiopía, este sitio cuenta especialmente con una serie de paisajes de pradera elevada sencillamente increíbles, lo que en parte se debe a la buena cantidad de vegetación local, como consecuencia directa de las fuertes lluvias que se producen diez meses al año, y las heladas, entre noviembre y marzo.
En otro sentido, tenemos que destacar también que este páramo es un sitio prácticamente inigualable a nivel internacional por la cantidad de especies endémicas que podemos encontrarnos en el mismo, y que van desde el famoso lobo etíope, hasta la rata-topo gigante, y el sapo etíope, una de las pocas especies de este animal que fecunda los huevos de las hembras en su interior.
Sin embargo, este sitio también cuenta con un punto en contra, y es el débil estado de conservación del mismo, considerando que buena parte del territorio se ha degradado por la agricultura o el pastoreo, aunque las altas cumbres aún prácticamente pueden seguir siendo consideradas vírgenes, y allí es donde los turistas tratan de llegar, más allá de la desecación del clima que hace del paseo uno bastante peligroso en el verano local.