Con el objeto de ahorrar energía, los españoles como los 27 países que integran la Unión Europea cambiarán al horario de verano el próximo domingo 30 de marzo, con lo cual deberán adelantar una hora en sus relojes.
El cambio sucederá cuando las agujas marquen la hora 2 de la madrugada que pasará a ser de forma automática la hora 3. Esta iniciativa corresponde a una directiva implementada en el año 1974 por los países europeos ante la primera crisis de petróleo para aprovechar más la luz diurna y ahorrar más electricidad y establece adelantar una hora el último domingo del mes de marzo de cada año y retrasarla el último domingo del mes de octubre para restablecer el horario de invierno.
Aunque suena algo irrelevante esto provoca algunos pequeños trastornos como por ejemplo una especie de «jet lag» durante cuatro o cinco días, tanto en niños como en adultos que les cuesta adaptarse al nuevo horario. Además repercute en los servicios como trenes y aviones, ya que en el aeropuerto se han suspendido los vuelos que tienen hora de despegue a las 2, ya que esa hora no va a existir. Caso contrario es el de Renfe que ha decidido que sus trenes sigan circulando sin problemas.
Igualmente, además de la modificación horaria, las autoridades sugieren a hacer un uso racional de la energía, encendiendo los artefactos solamente cuando sea necesario.
A partir del domingo, entonces, amanecerá y anochecerá más tarde y lo más importante: ahorraremos electricidad… pero perderemos una hora de sueño.
Vía│Terra