Esto es una sugerencia para todos aquellos que deseen pasar una estancia en un entorno incomparable en Extremadura, tanto de puertas afuera como de puertas adentro. En la Campiña Sur de Badajoz hay una pequeña y preciosa población tan llena de historia que pasear por sus calles es un alivio inmediato para el estrés.
Llerena fue Ellerina para los musulmanes, campamento base para la Orden de Santiago, la más antigua de las órdenes de caballerías de la Península, priorato de San Marcos de León y sede de la Santa Inquisición. Su época de máximo esplendor fue durante los siglos XVI y XVII
Gótico, barroco y mudéjar se respiran por cualquier calle de este pueblo señorial, situado, además, en un entorno privilegiado, a los pies de Sierra Morena.
En esta villa antigua y monumental se encuentra el Hotel Mirador de Llerena, edificado sobre una casa señorial novecentista, conocida popularmente como Casa de Dona Mariana. Sus dueños han respetado la estructura y el espíritu de la edificación original. La decoración, los elementos de forja y sobre todo la luminosidad a través de espectaculares y coloristas vidrieras, lo convierten en un lugar que invita a la relajación y el descanso.
El hotel es un espacio histórico con rincones incomparables, como el patio central cubierto con su fuente original, donde se hacen exposiciones temporales de pintura, o su mirador, desde donde se divisan los paisajes circundantes y muchos de los monumentos que se pueden visitar desde utilizándolo como punto de partida. El ambiente es íntimo, ya que cuenta con veinte habitaciones dobles, cuatro superiores y una suite, todas ellas decoradas con gusto y estilo propios y un ligero toque art decó.
Además de las actividades culturales hay varias rutas de senderismo, paseos hasta ermitas cercanas, esta rodeado de embalses y pantanos para remojarse en verano y es un lugar idóneo para el avistamiento de rapaces.
Marga G.-Chas Ocaña