La Laguna de Leandro es una de las leyendas que se cuentan tradicionalmente en la zona de la Quebrada de Humauaca en Argentina. Debido a la gran popularidad de este destino turístico es interesante conocer los diferentes puntos de la región donde habría sucedido esta leyenda.
Cuentan que hace muchos años en el distrito de la quebrada vivía un runa que respondía al nombre de Leandro. El hombre vivía pura y exclusivamente para su trabajo. Junto a su esposa gestionaban un pequeño rancho de adobe con algunas ovejas y llamas.
Los viajes de Leandro
Para poder vender los productos de sus animales, Leandro hacía largos viajes por la región de la Quebrada de Humahuaca, así las diferentes granjas de la zona podían disfrutar de los excelentes productos derivados de las llamas y ovejas de Leandro.
Un día viajando hacia Tres Morros se encontró con un arriero de la Puna. Se hicieron amigos y el hombre le contó algunas leyendas, una sobre el Inca Atahualpa llamó mucho la atención de Leandro porque indicaba la existencia de una laguna donde descansaban miles de tesoros originalmente pertenecientes al Inca Atahualpa.
Leandro y su mujer idearon un plan para desagotar la laguna y buscar el tesoro. La avaricia le jugó una mala pasada al hombre. A los pocos días de comenzar la zanja apareció una criatura infernal con astas de oro puro y aspecto sobrecogedor. Leandro desistió de su plan por algunas semanas pero luego volvió a la zanja y una vez más apareció la criatura infernal.
Sin embargo la segunda vez la criatura no fue compasiva, el animal espectral agarró a Leandro y lo llevó al centro de la laguna, nunca más se lo vio. Hoy los habitantes de la región cuentan que en la Laguna de Leandro aún se escuchan los alaridos del desdichado hombre que se dejo llevar por la codicia.