Viajar es divertido, ya sea solo o con acompañantes. Pero hay una experiencia que hay que hacer al menos una vez en la vida, y es la de viajar solo. Hoy os contamos 5 razones para emprender un viaje en solitario.
¿Lo habías pensado alguna vez? A medida que vas creciendo vas descubriendo cosas nuevas, nuevos gustos y muy diferentes a cuando tenías menos edad, ¿verdad? y es que hacer un viaje en solitario puede ser la única manera de descubrirnos a nosotros mismos, de perdernos para encontrarnos.
Conocer gente que llevarás contigo el resto de tu vida
Cuando viajes en solitario no te quedará otra que relacionarte con cualquier otro humano. Conocerás a personas increíbles, personas con una historia que contar y gente que llevarás en el corazón el resto de tu vida. Tendrás la posibilidad de encontrar gente nueva, socializar y lo que es mejor, colaborar con otros muchos viajeros para empezar nuevas amistades.
Enamorarse, sí
Todo un mundo por descubrir, ¿quién no te dice que tu media naranja está al otro extremo del planeta? La carretera será tu aliado y el abanico de posibilidades de encontrar a alguien que nos interese tanto como para seguir sabiendo de esa persona están ahí. Cuando se viaja en solitario encontraremos a mucha gente interesante con la que podemos conectar y crear un vínculo especial.
Aprender de uno mismo
Muchas personas viajan por el mero hecho de una vida estresante y lo único que buscan es desconectar de lo mundano, huir en cierta manera de lo urbano. Viajar solo es una oportunidad no solo para encontrarse a sí mismo, sino para descubrir cosas nuevas acerca de ti que antes no sabías. Da igual que vayas a emprender un viaje de lujo, que vayas de Low Cost o de mochilero, vamos a tener la oportunidad de perdernos para encontrarnos a nosotros mismos.
Sentirse libre
¿Hay alguna sensación parecida a la de sentirse liberado? No lo creo. Libertad absoluta para hacer exactamente lo que nos de la gana. Cuando viajamos en grupo tenemos que planificar rutas, organizar las comidas y en cierta manera «depender» de otras personas. Así, podemos hacer y deshacer a nuestro antojo, será la manera más especial de sentirnos libres.
Adiós a los miedos
Si algo nos enseña un viaje en solitario es a dejar atrás todo aquello que nos asusta. La única razón para explicar esto es que nos vamos a tener que enfrentar a todo por nosotros mismos. Ya sea el idioma, la manera de ubicarse o simplemente encontrar un lugar que quieres conocer. Nos podremos por fin sentir orgullosos de nosotros mismos, echándonos flores y atribuyéndonos nuestros propios méritos.
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