Si hay algún lugar en España en el que aún pemanecen las tradiciones rurales es en la comarca de la Ribeira Sacra, en el sudeste de Galicia. Un lugar en el que los bosques de castaños y los campos verdes adornan las tradiciones monásticas que esconde el lugar y que las mantiene vivas con el paso de los siglos.
El pueblo de Os Peares es el encargado de dar la bienvenida a este pequeño paraíso. A partir de aquí, empieza un recorrido que atravesará la comarca de oeste a este siguiendo el cañón del río Sil. Los miradores que podemos encontrar a lo largo del camino nos ofrecerán espectaculares vistas de pequeñas aldeas y barcas que pasean por las aguas.
En lo alto del cañón se encuentra el monasterio de San Estevo de Ribas do Sil. El conjunto eclesiástico es de estilo ecléctico ya que acumula todo tipo de estilos artísticos. La fachada es barroca, el claustro Pequeño es gótico y el de los Obispos es románico convirtiéndo al monasterio en un lugar singular. Al estar en un lugar tan apartado se mantiene como en el siglo VI y no es difícil imaginar por qué escogían este lugar para retirarse a orar.
A día de hoy, el monasterio es un Parador de Turismo con habitaciones distribuidas en los claustros y todas con vistas al cañón del Sil. Desde aquí, es posible visitar los miradores de Alberguería, Cerreda y Veluxe en pleno corazón del cañón. Visita obligada para los amantes del turismo rural y por ser el lugar de partida de decenas de rutas senderistas.