Primera parte. Recorre la campiña y hospédate en espacios que preservan el pasado. Gracias a las pousadas de Portugal (un grupo nacional de hoteles históricos) podrás alojarte en una celda de monje del siglo XV o XVI, o en alguna suite palaciega alguna una vez habitada por la realeza o, por qué no, en un castillo gótico.
Posada en Santa María, MARVAO:
Asentada en una área montañosa al norte de Alentejo y clasificada como una pousada de charme, modesta pero con un toque sofisticado, Marvao, puede ser el último refugio portugués,ubicada al norte de Portugal y cerca de la frontera con España. Uno de los atractivos es su muralla que data del siglo XII. Compuesta de dos casas unidas en la villa medieval, la posada ofrece amplias habitaciones con pisos de baldosas terracota y altas cabeceras de madera pintada con guirnaldas de flores y una vista maravillosa de los tejados de tejas rojas y de la planicie verde, al noreste, bordeada por montañas. En la cena prueba el cordero salado con avellanas, papas y espinacas. (habitaciones desde 137 dólares).
Posada en Lóios: ÉVORA:
Ubicada en la parte norte de Alentejo, en el centro histórico de Évora (Catalogada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) ofrece la posibilidad de caminar sus calles adoquinadas y contemplar su catedral gótica y su templo romano. Pero lo mejor es el propio edificio: el Monasterio Lóios del siglo XV, construido sobre las ruinas de un castillo, el monumento destaca arcadas de columnatas que enmarcan un patio interno lleno de naranjos fragantes.
Las habitaciones ocupan 28 cómodas celdas monásticas remodeladas. La suite Presidencial 101 exhibe frescos de querubines y guirnaldas de flores que ven de piso a techo. Si eso parece muy opulento, la habitación 201 alardea de una vista espectacular de la catedral vecina. La noche va desde 171 dólares con desayuno.