París es normalmente asociada con el amor y el romance, pero esta bella ciudad europea también esconde un pasado oscuro y algunos lugares siniestros y tenebrosos que hoy en día son muy explotados por el sector turístico. Si tienes ganas de conocer un poco más acerca del París oscuro, alejado de los brillos de la Torre Eiffel y los Campos Elíseos, entonces no debes perder la oportunidad de visitar las catacumbas.
Los túneles que conforman la red de catacumbas de París sirven como cementerio a más de 6 millones personas de diferentes épocas. Los túneles se extienden por casi 300 kilómetros y aún no se sabe a ciencia cierta el número concreto de gente enterrada allí.
El origen de las catacumbas
Originalmente el conjunto de túneles que hoy forman las catacumbas de París eran utilizadas como canteras de piedra caliza. Este material se utilizó para construir gran parte de los edificios, estatuas y monumentos de la capital francesa. Los túneles eran conocidos en aquel entonces como Les Carrières de Paris (Las canteras de París).
En 1786, como medida para evitar las enfermedades que se propagaban entre muchísima gente, se decidió trasladar los cadáveres y huesos de diferentes cementerios a las catacumbas. Hoy solamente se puede visitar un pequeño recorrido de los más de 300 kilómetros que tienen las catacumbas, pero aún siendo un pequeño tramo, es sorprendente, aterrador y emocionante.
Los huesos están apilados formando enormes construcciones y paredes con cráneos, tibias y otros huesos. Es un espectáculo aterrador, pero cautivante. En los últimos años ha aumentado el número de turistas que se acercan a esta atracción, si bien no es un fiel reflejo del romance y la belleza que promueve la Ciudad Luz, es una faceta diferente que ayuda a entender la historia oscura de una ciudad donde no faltaron los asesinatos y las guerras sangrientas de la revolución.