Villasimius es un pequeño pueblo costero del sur de Cerdeña. Fuimos allí a pasar el día y comer en la playa.
En apariencia es un pueblo muy dedicado al turismo, ya que está lleno de casas típicas de veraneantes, y la verdad, no es de extrañar porque sus playas son de una belleza que quita el hipo.
En el mes de junio aún no es la temporada alta en Cerdeña y por eso estuvimos a nuestras anchas paseando por el pueblo, que es muy bonito y tomando el sol a la orillade un mar Mediterráneo transparente y cristalino.
Uno de sus atractivos turísticos es el museo arqueológico, que ofrece visitas guiadas dentro del museo y por las rutas arqueológicas de las afueras del pueblo.
Tiene además una vieja fortaleza, «Fortalezza Vecchia» que data del siglo XIV y es muy importante tanto histórica como arquitectónicamente.
El pueblo en sí invita a relajarse y disfrutar del sol. Nosotras comimos en una terracita cerca de la playa a un precio no muy exagerado y el ambiente era muy variopinto y agradable.
Además, hay un hotel cabaña de gran lujo, para los que quieran veranear a lo cinco estrellas que cuenta con espectáculos en directo todas las noches y un sinfín de actividades y tiendas en su interior.
Las playas son limpias y el agua es templada. Tienen zonas rocosas y zonas de arena muy fina y blanca. Un sueño, la verdad. Muy recomendable para amantes del Sol y el relax.