Una de las características de Suiza es la conservación de las ciudades, en una combinación de cientos de años y belleza increíble que hacen del país uno de los más maravillosos de toda Europa. Después de ver algunas ciudades antiguas del lugar, no queda más que agregar otras que por su permanencia y singular atractivo también merecen ser visitadas.
La ciudad de Brig, por ejemplo, es un punto de partida ideal para excursiones, y se encuentra en el Valais superior. La gran cantidad de regiones de esquí cercanas y los baños termales convierten a la pequeña ciudad en un destino más que atractivo para las vacaciones.
Sin embargo, uno de los puntos más bellos del lugar se encuentra en su historia. El casco antiguo del lugar, con sus casa patricias y sus posadas acogedoras invita a los turistas a recorrer la zona. Entre las características a destacar, en primer lugar se encuentra el palacio Stockalperpalast, uno de los palacios barrocos más importantes de todo el país.
También está Montreux-Vevey, una de las perlas de la rivera suiza. En este caso las bellezas naturales son realmente fabulosas, con las montañas blancas de nieve y 15 kilómetros de costa lacustre para pasear. Además, para estas dos ciudades la conexión es el Lago por el que aún navegan barcos a vapor, despidiendo lo mejor del romanticismo de la Belle Epoque.
Estos lugares están prácticamente encerrados entre empinados viñedos, por lo cual la cultura enológica del lugar es mayúscula. Y un dato relevante es la vida cultural de la región, entre cuyos eventos se destaca el festival de jazz de Montreux.
La región de San Gall, por su parte, contiene dentro de sí toda la belleza de la Suiza oriental, con su casco urbano encantador y cerrado al tráfico rodado. Como si fuera poco, el distrito del convento con su catedral y la maravillosa biblioteca fue declarado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.
La catedral barroca, con la biblioteca del convento, son la maravilla arquitectónica por antonomasia del lugar, ya que contienen 140 mil documentos, en parte manuscritos, producidos hace más de mil años. La antigüedad de la ciudad se remonta a su fundación, allá por el año 612.
Tres ciudades más, tres distintas historias que respetan la tradición suiza y la más importante de las cualidades de un lugar: la belleza de sus costumbres. Y estos no son más que nuevos ejemplos de una afirmación que, a esta altura, ya parece redundante, pero para nada en vano: Suiza es el mejor destino para las próximas vacaciones.