¿A quién no le gusta poder viajar y descubrir nuevos destinos? Además de esto, está comprobado que viajar es una fuente de satisfacción y alegría, ayudando a las personas a liberar su mente, más ahora con las restricciones a las que hemos estado sometidos por culpa del Covid-19. Son muchos los beneficios que ofrece a nuestra mentes, por este motivo, desde el portal Rumbo han publicado los principales motivos por los que viajar es muy recomendable.
Mente sana en un cuerpo sano
Esta antiquísima frase tiene hoy en día más vigencia que nunca. Si nuestra mente está bien, todo nuestro cuerpo responderá de manera positiva ¿Y cómo puede ayudar un viaje a esto? Caminar es uno de los mejores ejercicios que existe porque pone en movimiento todo nuestro cuerpo y, además, ayuda a la desconexión de la mente. Curiosamente es el que más solemos poner en práctica cuando estamos en otro lugar, bien sea urbano o de naturaleza.
Te conecta con la naturaleza
Interactuar con la naturaleza es fundamental para poder mejorar nuestro ánimo y, por ende, nuestra salud mental. Entrar en contacto con nuestro entorno en su estado más puro ayuda a mejorar la función cognitiva y nos hace más conscientes de nuestra realidad. Es por ello que una caminata por la naturaleza constituye una de las mejores terapias. Lo mejor es que dentro de la propia ciudad podemos cultivar este hábito todos los días o cuando visitemos entornos urbanos. En esta guía de Naturaleza y parques en ciudades europeas hay recomendaciones de los entornos más verdes para disfrutar de una tarde de vacaciones.
Se estima que unos cuatro millones de españoles practican habitualmente el senderismo, una cifra que va en aumento a la par que crece un tipo de turismo que ya no se conforma con los destinos tradicionales de sol y playa. Y no es para menos. España cuenta con verdaderos paraísos para esta práctica, como la inmensidad de los Picos de Europa, que la hacen una propuesta ideal para pasar unos días recorriendo ese majestuoso lugar y desconectando de todo.
Fomenta la curiosidad y el autoconocimiento
La autonomía que desarrollas cuando planificas un viaje te puede sorprender incluso a ti mismo. Aprendes a desenvolverte en otros contextos, a resolver problemas que surgen de imprevisto y a cotidianizar con entornos que son ajenos a ti y que, luego de descubrirlos, te resultan fascinantes. Es tu capacidad autodidacta frente al mundo, reto que comienza desde que planificas un viaje y te haces la pregunta: ¿Qué ver en…? Tu mente se pone a mil. Tanto así, que puedes convertirte en un Sherlock Holmes para dar con los rincones menos explorados de una ciudad. Pero una vez allá sigue el cerebro trabajando en su curiosidad preguntándose el por qué y para qué de cada cosa que ve. Es como si estuviera armando un puzzle constantemente.
Si a eso le añadimos situaciones especiales, el potencial es aún mayor. Por ejemplo, una de las grandes oportunidades de ver el mundo en un solo lugar es la Expo 2020 Dubai que acaba de abrir sus puertas al público hasta el 31 de marzo de 2022. Más de 190 países mostrando todas sus novedades en cuanto a tecnología, sostenibilidad, gastronomía y acciones para un mundo mejor. Un espacio donde la mente se abrirá hacia mundos fascinantes y situaciones inimaginables.
Viajar desarrolla tus hobbies
Las aficiones suponen una gran satisfacción. Es como una recompensa para nuestro bienestar psicológico. Los viajes constituyen la razón perfecta para desarrollar estos hobbies en otro contexto y en un entorno más relajado, lejos de la cotidianidad. La gastronomía, hacer deporte, aprender más de historia, la cultura… Los foodies, por ejemplo, entienden que México es uno de esos sitios que hay que visitar sí o sí, tanto por sus sabores como por su historia ¿Qué amante de la comida no quisiera degustar el auténtico sabor de una cochinita pibil, unas carnitas o unos verdaderos tacos de canasta?
Lo mismo pasa con el norte de España: Asturias, Cantabria, Galicia y Navarra. A lo largo de sus costas podemos disfrutar de increíbles mariscos y pescados frescos, mientras que en el interior se encuentran sus platos más tradicionales: pulpo a feira en Galicia, Fabada en Asturias, Cocido montañés en Cantabria o Bacalao al pil pil en el País Vasco. El norte no solo atiende a los fans de la buena comida, sino también a los que tienen el senderismo y la arquitectura como afición.
Para los conocedores del arte Italia es una de las opciones más buscadas, tanto por sus galerías, que cuentan con infinidad de obras herencia de los más grandes, como por sus ciudades que constituyen en sí mismas un museo al aire libre, desde la majestuosidad de El Coliseo Romano hasta la peculiar Torre Inclinada de Pisa, pasando por la famosa Fontana de Trevi desean volver a Italia. Los amantes de la literatura tienen en Praga la biblioteca Klementinum, considerada una de las más bellas del mundo; la famosa Biblioteca del Trinity College en medio de Dublín (donde te puedes tomar una buena cerveza al salir) o aquí mismo, en España, la biblioteca de la Universidad de Salamanca.
Pone a raya las inseguridades
Las vacaciones no solo son el momento para muchos de salir de su zona de confort, sino de ampliarla. Te retas y esto se traduce en un buen chute de autoestima, muy necesario en estos tiempos de tanta incertidumbre. Esquiar, por ejemplo. Hay quienes aprovechan sus días libres para asumir el riesgo que, luego, se termina convirtiendo en una afición. Andorra, los pirineos Aragonés o Catalán, así como la mismísima Granada, ofrecen infinidad de pistas de esquí para que los principiantes dejen el miedo en casa.
¿Y bucear? Llegado el invierno más de uno quiere playa y República Dominicana es el paraíso donde refugiarse y sumergirse en las profundidades del mar por primera vez. Verás que una vez en el agua cualquier temor desaparece y recuperarás la confianza en ti mismo.
Reduce el estrés y la ansiedad
Viajar permite desconectar de los problemas y obligaciones cotidianas para conectarse con uno mismo, alejándonos de todas las fuentes que nos generan estrés. Uno de los beneficios de viajar es que nos hace sentirnos felices poniendo a mil los niveles de serotonina, aumentando nuestro bienestar y haciendo que cualquier vestigio de estrés desaparezca. A eso le sumamos que ahora somos más conscientes de la importancia del cuidado de la salud y de la necesidad de centrarnos en nosotros mismos, lo cual ha permitido el auge del turismo de bienestar. En los itinerarios de los viajeros se pueden ver cada vez más experiencias que les permitan relajarse y lograr una desconexión, como los spas y balnearios.
Hay quienes van a sitios concretos por su tradición ancestral en estos temas. Budapest es un caso muy típico. En 1934 se le bautizó como la Ciudad Balneario, gracias a sus aguas termales utilizadas desde hace siglos con fines terapéuticos y que ahora sirven a sus más de cien balnearios, tanto naturales como artificiales. Rudas y Gellért figuran entre los más bonitos del mundo.