En el mundo existen muchos tipos de museos, que van desde los más clásicos ubicados en opulentos castillos y palacios, pasando por modestos museos de sitio o casas museo, y hasta curiosas instituciones con acervos de lo más estrafalario. Pero en el caso de hoy, te hablaremos de un museo que además de resultar muy curioso por su ubicación y contenido, constituye un excelente ejemplo del desarrollo sostenible del turismo en un destino.
Nos referimos al MUSA, o Museo Subacuático de Cancún, que, tal como lo indica su nombre, se trata de una impresionante galería a mar abierto de esculturas y obras de arte.
Este museo se ubica a unos 8 metros de profundidad en el mar Caribe, entre la isla Mujeres y las costas del Parque Nacional Quintana Roo, México; y si bien su apertura se produjo en el 2010, la idea de establecer este emprendimiento bajos las aguas del Caribe surge en 1997, cuando un crucero de paseo dañara un considerable sector de corales que pueblan esta zona, y que para incentivar la reconstrucción de los mismos, se ideó este proyecto en base a esculturas realizadas en hormigón de PH 0 (no contaminante), para ofrecer un apoyo seguro al arrecife de coral.
De esta forma, y pese al poco tiempo que el museo lleva abierto, o mejor dicho, sumergido, ya pueden verse muchas de las esculturas que han perdido el blanco del hormigón original, reemplazado por algas y corales que tímidamente comienzan a apoderarse de este museo submarino.
El MUSA se compone de más de 400 piezas escultóricas, y que van en ascenso. Entre ellas pueden identificarse los más diversos motivos y temáticas que abarcan desde las representativas de la historia mexicana y de la cultura maya, hasta modernas representaciones de escenas cotidianas, como pueden ser un hombre andando en bicicleta, un despistado escritor sumergido en la arena junto a su escritorio y maquina de escribir, una cadena de personas formando un circulo, la escultura de un Cristo que parece querer invocar a la superficie del mar, o hasta uno ejemplar de los famosos automóviles escarabajos.
El museo submarino es de visita totalmente libre, pero se aconseja que su recorrido se haga bajo la supervisión de expertos en buceo, o mediante las visitas guiadas que se programan, lo que además te será de ayuda a la hora de realizar varias inmersiones, pues ningún tanque de oxigeno te será suficiente por sí solo para disfrutar de este fantástico paisaje humanizado del mar Caribe.