El mundial de Qatar está a al vuelta de la esquina y son muchas las personas que se desplazarán hasta el país asiático para disfrutar de la mayor fiesta del fútbol mundial. Aprovechando ese evento, Qatar anima a todos a conocer su lado más auténtico. Un viaje sensorial por sus costumbre que permitirán conocer más sobre este país.
El gusto: el sabor del café árabe
El café es todo un ritual en Qatar. En los hogares locales se trata de un momento muy especial, que además sirve como símbolo de bienvenida y hospitalidad, y muchas familias preparan incluso sus propias recetas. El viajero deberá probar esta experiencia y sabor único en algunos de restaurantes qataríes y cafés locales en el Souq Waqif -zoco de Doha- o Msheireb.
Según la costumbre, para su elaboración se utilizan directamente los granos verdes de café que se tuestan en mihmas −los mejores se pueden encontrar en el zoco, donde si se pide el vendedor puede tostar y moler los granos−. Tras dejar enfriar los granos y molerlos, se prepara el café añadiendo cardamomo molido y otras especias. El café se sirve de una cafetera denominada dallah, con una forma distintiva, y se toma en las llamadas fanajin, unas tazas pequeñas y sin asa que siempre se entregan con la mano derecha.
Para acompañar el café, otro de los productos más típicos de Qatar son los dátiles, uno de los principales cultivos del país. Además de servirse junto al café como símbolo de hospitalidad, también es habitual degustar el sirope de dátiles, extraído con una presa específica llamada madbasa.
El olfato: olor a bukhoor y oud
La historia qatarí no solo se puede conocer a través del gusto: el olfato también juega un papel fundamental. Entre los elementos más característicos de Qatar se encuentra el incienso, muy popular en la región del golfo. El llamado bukhoor se quema en un quemador especial, un mabkhara, que genera un humo intenso para perfumar la casa y la ropa. Es una muestra de hospitalidad invitar a los visitantes a impregnarse con este humo.
Otro de los olores más característicos de Qatar es el que proporciona el oud, conocido también como “oro líquido”. Esta resina oscura se ha usado durante miles de años la zona, y a día de hoy es un ingrediente común en muchos perfumes, inciensos y aceites, con una intensa fragancia amaderada. Hablando de perfumes, en el zoco tradicional se pueden encontrar numerosas esencias ideales para llevarse de recuerdo.
La vista: un paseo en dhow
Durante la mayor parte de su historia, Qatar se dedicaba principalmente a la pesca y el comercio, siempre ligados al mar. Actualmente esta historia se puede seguir observando en sus dhows, las embarcaciones típicas qatarís caracterizadas por su diseño de madera. En Doha se puede disfrutar actualmente de un paseo en dhow por las aguas de la bahía, con una de las mejores vistas de la ciudad, especialmente al atardecer. Sin duda, una experiencia que sumerge al viajero en un limbo entre tradición y modernidad.
El tacto: las perlas del Golfo
Si la historia de Qatar siempre ha estado relacionada con el mar, en concreto la pesca de perlas fue durante siglos la principal actividad económica del país, donde los buzos bajaban hasta las profundidades haciendo apneas para recoger estos preciados bienes. Esta herencia es uno de los principales símbolos del país, presente en su identidad. En lugares como el Souq Waqif, además de encontrar distintas joyas con perlas auténticas o ver sus distintas variedades, también se puede aprender más sobre esta parte de la historia de primera mano, en uno de los puestos del zoco regentado por un exbuzo de perlas.
El oído: la música del alma
Los humanos no podemos vivir sin música, uno de los máximos exponentes de nuestra cultura, pasado y presentes. En Qatar, el viajero podrá escuchar en el Souq Waqif sus sonidos tradicionales, con influencias de la música los países vecinos del golfo y cuyo origen se puede encontrar en las notas de las antiguas tribus beduinas de la zona unida a la poesía árabe. La ardha es la danza tradicional más popular del país, en la que hombres y niños, colocados frente a frente en dos filas, llevan bastones y espadas decorativas. Este baile lo realizaban los guerreros antes de la batalla y sigue siendo parte de la cultura del país, promulgada durante el Día Nacional de Qatar, además de en banquetes, celebraciones y otros eventos especiales.