Desde aquí siempre comentamos acerca de hoteles y establecimientos turísticos con propuestas diferentes y ya hemos hablado de prisiones que han sido remodeladas para convertirse en lugares de alojamiento.
Pues aquí va otro… Se trata de una de las primeras cárceles que se construyeron en Suecia, más precisamente en Estocolmo y que recibe el nombre de Langholmen.
Este edificio, que data del siglo XIX está ubicado en una isla a la cual se puede acceder ya sea por mar o también por carretera y dejó de alojar presidiarios en 1975. Catorce años después comenzaron las remodelaciones que transformaron las celdas en modernas habitaciones que cuentan con una cómoda cama, radio y TV, teléfono y servicio de aseo.
La antigua prisión ha sido reciclada de manera tal que ofrece por un lado los servicios de un coqueto hotel mientras que por el otro lado la propuesta es más económica y está orientada a jóvenes de presupuesto recortado.
Además, la entrada original de Langholmen en la actualidad cumple las funciones de recepción además de contar con una cafetería que atiende las 24 horas y para no olvidar los orígenes del inmueble, el hotel ha montado un pequeño museo donde se pueden observar objetos y fotografías de diferentes épocas relacionadas con la vida de los «huéspedes» que pasaron por el lugar.
Vía│Escapadas Europa