Mucho han cambiado aquellas antiguas viviendas de los jornaleros que trabajaban en una finca destinada al cultivo, hoy dan forma a tranquilos hoteles, cómo el caso del Cortijo de los Mimbrales, junto al Parque Nacional de Doñana. Los cortijos andaluces tienen la propiedad de trasladar a quien los visita a otra época, a otro mundo. Allí la vida se ralentiza, las prisas se paran y se descubren valores que a menudo olvidamos.
El Cortijo de los Mimbrales es uno de estos lugares donde los minutos tienen más de 60 segundos… Es un refugio de paz con aromas de jazmín y azahar, un espacio donde redescubrir las cosas buenas de la vida. De fondo quedan Doñana y sus marismas, la aldea del Rocío y la playa de Matalascañas.
Tras un cuidado proceso de rehabilitación, las antiguas viviendas de los jornaleros han dado forma a un acogedor hotel este cortijo. Los edificios conservan su arquitectura original, para no perder ni un ápice de su sabor señorial andaluz, pero con elementos nuevos que le confieren árabe, construida por especialistas venidos desde el país vecino. En el exterior, los amarillos, ocres y alberos pintan los muros y dibujan los caminos de arena.
No falta detalle: el azulejo con la Virgen M Rocío, las macetas con geranios, las fuentes de mosaico, y hasta alguna que otra cancela donde escuchar un suspiro. En los jardines, antiguos corrales, dan sombra jacarandas, olivos, palmeras y más de una vieja higuera. Dentro de las habitaciones reina un agradable «caos» de muebles y objetos traídos de aquí y de allá, a veces con sabor a campo, otras con aires más urbanos.
Y para sabores, nada como los que surgen de los fogones del restaurante del cortijo: La Cantina de los Mimbrales. Los guisos de Almonte son su especialidad, destacado los arroces con caza. Tampoco faltan los mariscos traídos de la cercana costa, los famosos langostinos de Sanlúcar o las gambas de Huelva. Podrás disfrutas de montar a caballo, o dar un paseo en carro a modo de señorito andaluz o sobrevolar el parque nacional de Doñana en globo. Los precios van desde 100 euros la habitación doble, o una villa para dos personas, desde 195 euros, o villas para 4 personas desde 270 euros.
