Considerada una de las construcciones más impresionantes de Roma, el Panteón de Agripa es uno de los templos más bellos de la ciudad. En él encontramos la cúpula más grande del mundo antiguo y a su vez la estupenda coronación con un óculo que permite la entrada de la luz del sol.
El templo está dedicado a las 7 divinidades celestes de los romanos (Marte, Mercurio, Júpiter, Saturno, Venus, el Sol y la Luna). Cada una tiene su propio ábside en el interior. Antes de entrar se puede ver una inscripción en el pórtico, justo en la entrada del Panteón. Allí se atribuye la construcción al emperador Marco Vipsiano Agripa en el año 27, pero en realidad la construcción actual no es la original sino que fue vuelta a edificar en el siglo II por orden de Adriano.
El presente del templo
El Panteón de Agripa fue donado al papa Bonifacio IV y se convirtió en un lugar de culto para los cristianos allá por año 608. Por fortuna se ha conservado hasta nuestros días permitiéndonos contemplar su hermosura sin complicaciones.
Además de su pórtico de forma rectangular con columnas de granito, el templo cuenta con una gigantesca cúpula de 43 metros de alto y 43 de diámetro. Es aún más grande que la cúpula de la Basílica de San Pedro. La piedra volcánica es la responsable de sostener la estructura ya que se utilizó para construir el hormigón y las 5 filas de casetones que se utilizan como puntos de apoyo.
El espectáculo de la puesta del sol a través del óculo, y cómo la luz se va filtrando poco a poco es verdaderamente mágico. Si estás paseando por Roma y no sabes que lugar visitar, no dudes en acercarte el Panteón de Agripa para una visita inolvidable.
