Muchas son las obras arquitectónicas que han sobrevivido al paso del tiempo, pero quizás ninguna lo ha hecho con la majestuosidad del Acueducto de Segovia que sigue tan firme e imponente como en su mejor momento.
Poco se sabe de su origen, aunque se cree que fue construído por
los romanos durante el momento más glorioso del Imperio, a finales del siglo I y comienzos del siglo II, no se ha encontrado nada que lo confirme y aún hoy sigue siendo un enigma.
Este tesoro de la ingeniería, que transporta las aguas de un riachuelo llamado Acebeda, está compuesto por alrededor de 20.400 bloques de piedras colocadas de manera tal que no fue necesario ninguna clase de cemento para fijarlas entre sí.
A pesar de esto, el monumental Acueducto ha permanecido erguido en equilibrio lejos de los efectos de movimientos sísmicos, fuertes tormentas e inclusive de las remodelaciones y restauraciones que ha sufrido su construcción.
Después de tantos años, el magnífico acueducto ha tomado también gran importancia artística y se ha convertido en un verdadero orgullo para todos los segovianos.
Vía│Sobre Turismo
