Estamos hablando de las famosas terrazas de cultivo de arroz situadas en la cordillera del país y que constituyen una extraordinaria muestra de la manera tradicional y milenaria de realizar este tipo de plantaciones sin ayuda de ningún avance tecnológico.
Si bien en otras partes del globo -principalmente en el continente americano– también es posible observar este tipo de cultivos, no son tan sorprendentes e imponentes como los que estamos haciendo mención.
Lógicamente que esta práctica tiene su explicación. Uno de los motivos corresponde al aprovechamiento al máximo del espacio disponible y también del agua necesaria para que crezca el arroz, que de este modo se distribuye de forma pareja y con un importante ahorro.
Los cultivos de arroz filipinos ostentan el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgado por la UNESCO.